Querer es Poder

Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. (Juan 14.23).
Cuando amamos a alguien, hacemos de todo para demostrar ese amor, que después es colocado en primer lugar. También en relación a Dios, nuestras actitudes, palabras y comportamiento principalmente delante del mundo, es que irán a definir ese amor a través de un buen ejemplo. El Señor dice que si alguien lo ama guarda sus mandamientos. El amor bíblico es mucho mayor que los sentimientos y emociones, pues está condicionado a actitudes y a un compromiso mayor.
Imagínese a Dios en la persona del Espíritu Santo, viviendo dentro de usted; dirigiendo y orientando sus pasos. Todos los días tenemos que tomar decisiones, sea en la ropa que vamos a utilizar, o en el momento de conducir, el alimento que comeremos, en el horario que iremos al trabajo, en la vida sentimental, si se casa o no, etc. Cuando tomamos la decisión correcta, los frutos son o serán notorios y magníficos. Pero si fuere una mala decisión iremos a sufrir las consecuencias, No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. (Gálatas 6.7)

Recogemos hoy de los frutos que sembramos ayer, y mañana cogeremos los frutos que plantemos hoy. Observe que todo en la vida depende de la decisión que tomamos. Pero cuando el Espíritu Santo habita en nosotros, Él nos orienta sobre lo bueno y lo malo. Es Él quien nos da la dirección para conducir nuestra vida, y cuando tomamos la decisión correcta, nuestro futuro y destino estará garantizado, porque iremos a recoger los buenos frutos de la semilla buena que plantamos en el pasado. Es importante saber que el Señor Jesús a través de su Espíritu, solo vive en el corazón de aquel que realmente obedece la palabra de Dios. Si no hay obediencia, no hay amor; y si no hay amor, aparece el desprecio. El propio Dios dice que ama a los que le aman, y los que lo buscan, por Él son encontrados. El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él. (Juan 14.21)
Cuando el hombre toma la decisión correcta y obedece la palabra de Dios, la Santísima Trinidad pasa a vivir dentro de él. Esto es glorioso aunque la persona sea soltera, ella va a saber escoger la persona ideal para estar a su lado por el resto de su vida. Lo mismo ocurre con los casados, una vez dirigidos por el Espíritu de Dios. Cuando el familiar o el ser querido lo vean, notara un semblante diferente y sentirá el perfume de Dios en él. Se acabaran las peleas, discusiones dentro del hogar porque viven personas convertidas a Dios. Los beneficios serán para todos y lo mejor sin que el beneficiado necesite pagar nada para ser morada del Espíritu Santo.
Muchas personas creen en Él señor Jesús, dicen tener fe en Él, pero viven completamente contraria a aquella vida que Jesús prometió. Con eso permiten la obra de las fuerzas malignas. El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. (Juan 10.10) Amigo lector, si la vida abundante todavía no es una realidad para usted, la solución es observar si se están cumpliendo los mandamientos de Dios en su vida y si de hecho Dios-Padre, Dios-Hijo, Dios-Espíritu Santo viven dentro de usted. Lo difícil no es practicar la palabra del Señor Jesús, sino soportar las consecuencias de la desobediencia, y es hay donde se torna difícil y cruel. Cuando la persona quiere llevar una vida en la presencia del Altísimo, basta querer y desear. Si de hecho usted quiere, ni siquiera el propio diablo, con todo el infierno; no pueden impedir que sea obediente a la palabra del Señor Jesús, porque querer es poder.
Dios los bendiga a todos abundantemente