El valle de los huesos secos

Está escrito: (Ezequiel 37) La mano del Señor vino sobre mí, y me llevó en el Espíritu, y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos. Y me hizo pasar cerca de ellos por todo en derredor; y he aquí que eran muchísimos sobre la faz del campo, y por cierto secos en gran manera. Y me dijo: Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Ahora apreciado lector le pregunto: ¿Usted cree que los huesos secos pueden vivir? Si para los huesos secos hubo una solución, una salida, hubo la manifestación del poder de Dios y ellos estaban secos y muertos.

¿Por qué no habrá para usted? Pero es que yo estoy pasando por esto o por aquello, hay un dolor en mi vida, hay un dolor en mi alma, un sufrimiento muy grande, etc. Pero aun así; usted está vivo, pero los huesos no. Y me dijo: Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Y dije: Señor, tú lo sabes. Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oíd palabra del Señor. Así ha dicho el Señor a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis. Y pondré tendones sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy el Señor. ¿Cuándo es que la persona muestra para el mundo, para los hijos, para la familia, que Dios es el Señor? Porque todos estamos cansados de palabras; Dios es reconocido cuando la palabra de la biblia se hace realidad en la persona.
Profeticé, pues, como me fue mandado; y hubo un ruido mientras yo profetizaba, y he aquí un temblor; y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso. Y miré, y he aquí tendones sobre ellos, y la carne subió, y la piel cubrió por encima de ellos; pero no había en ellos espíritu. Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así ha dicho el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán. Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies; un ejército grande en extremo. A través de la palabra de Dios un valle de huesos secos se convirtió en un gran ejército, ahora será que si esta palabra cambio el valle de los huesos secos, ¿no puede cambiar su vida?, ¿esta palabra será que no puede hacer de usted una nueva persona?, ¿esta misma palabra será que no tiene poder para que usted conozca la felicidad? pero la persona ella debe comprender esto con su entendimiento, pues al comprenderlo ella permanece con Dios. Me dijo luego: Hijo de hombre, todos estos huesos son la casa de Israel. He aquí, ellos dicen: Nuestros huesos se secaron, y pereció nuestra esperanza, y somos del todo destruidos. Por tanto, profetiza, y diles: Así ha dicho el Señor: He aquí yo abro vuestros sepulcros, pueblo mío, y os haré subir de vuestras sepulturas, y os traeré a la tierra de Israel. Dios no derrumba, sino levanta, si usted está con su vida muerta, destrozada, derrotado, con fracasos aun creyendo en Dios, no lo podemos alabar ¿quién alaba a Dios? aquellos que salen del sepulcro. Y pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os haré reposar sobre vuestra tierra; imagínese usted con el Espíritu del Señor ¿entonces porque muchos no han tenido vida? Porque no tienen el Espíritu de Dios, porque quien tiene el Espíritu de Dios tiene vida. Cuando hay el Espíritu de Dios, hay paz, tranquilidad, puede tener un montón de dificultades pero tendrá paz; y sabréis que yo el Señor hablé, y lo hice, dice el Señor. Dios puede cambiar su vida, sin importar lo que usted está pasando, si usted va a creer o no es otra cosa, porque los huesos estaban secos y cambio la situación. Ahora se necesitan dos cosas para que esto suceda; primero: apoyarse en la palabra de Dios entendiendo las cosas, sin emociones sino con una fe inteligente. Segundo: una entrega verdadera, colocándose en las manos de Él, y con Dios empezar a luchar y perseverar para que la palabra de Dios se cumpla en su vida; pues el cielo y la tierra pasaran pero su palabra no pasará.