El valor de su fe - Bispo Marcus Vinicius


"Con sólo ver los problemas acercarse, muchos se sienten derrotados. Otros, en cambio, ven en los conflictos un desafío, la oportunidad de que un milagro suceda en sus vidas para glorificar a Dios".
Muchas personas tienen una visión pesimista de la vida, y para ellas las cosas nunca funcionarían aunque viniera Dios a decirles que sí. Pero existen otras que no necesitan ver a Cristo para saber que todo va a funcionar, les basta creer en Él. Jesús dijo: "...bienaventurados los que no vieron y creyeron".
Eso es lo que hace la diferencia, la perspectiva con que asumen las cosas. Existen personas que, al pasar por una circunstancia difícil, piensan que Dios las abandonó. Paralelamente están aquellos que frente a situaciones similares ven la oportunidad de manifestar la fe, para vencer y glorificar a Dios.
La Palabra de Dios dice que "a los que aman a Dios, todas las cosas los ayudan a bien" (Romanos 8:28). Esto quiere decir que si su corazón está en Dios, todo lo que suceda va a cooperar en su beneficio, aunque en el presente tenga una apariencia negativa.
"Él les dijo: -Sin duda me diréis este refrán: Médico, cúrate a ti mismo. De tantas cosas que hemos oído que se han hecho en Capernaúm, haz también aquí en tu tierra. Y añadió: -De cierto os digo que ningún profeta es bien recibido en su propia tierra" (Lucas 4:23-24).
Jesús sabía que había personas que no creían en Él porque lo veían de forma humana, era el hijo del carpintero. Hizo pocos milagros, y eso tiene un sólo motivo: Dios actúa de acuerdo a la fe de los hombres.
Muchos, al llegar a la Iglesia y escuchar hablar del sacrificio y de cómo manifestar la fe, tienen la misma visión humana. Aunque de hecho sean hombres los que están hablando, no justifica que dejen de mirar el poder del Altísimo. Es por eso que no ven señales.
Jesús continuó diciendo (vers. 25-26): "Y en verdad os digo que muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fue cerrado por tres años y seis meses y hubo una gran hambre en toda la tierra; pero a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda en Sarepta de Sidón".
Esta viuda era considerada para el pueblo de Israel una impía, por no creer en el Dios vivo; sin embargo, Él encontró sólo en ella el elemento para hacer el milagro, la fe.
El secreto es hacer todo pensando primero en Dios, colóquelo sobre su voluntad, porque fue lo que hizo esta mujer al obedecer al profeta (para muchos, algo incomprensible), y se transformó en el ejemplo que Jesús usó.
La viuda de Sarepta confió y sacrificó, demostrando, frente a las circunstancias, que su fe era valiosa y por eso sucedió el milagro.
No se olvide que los ojos de Dios pasan por toda la tierra buscando a quien bendecir, tenga la visión de Dios para todo lo que haga.
Que Dios le bendiga.

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