Cambiar de señor para vencer


Al comenzar la reunión que realizó en la Catedral de la Fe, en Lisboa, Portugal, en la mañana del domingo 4 de la Pascua, el obispo Edir Macedo invitó a los presentes a dirigirse al altar para orar con él. Centenas de personas participaron del encuentro, en el cual los diezmistas fueron consagrados. En el mensaje, el obispo explicó que el Señor Jesús está vivo.

“Él resucito para cumplir Sus promesas y no para condenarte, quiere levantarte, liberarte, salvarte, transformar su vida, ayudarte”, dijo. Según el obispo, quien desea cambiar de vida necesita cambiar de señor.

De forma clara, el obispo Edir Macedo preguntó: “¿Quien tiene un patrón malo, injusto o avaro? Cuando usted tiene un mal jefe, no puede trabajar bien. Si su patrón lo oprime, usted trabaja oprimido. Pero si tiene un patrón justo, quiere las cosas correctas y lo trata con justicia, usted trabaja con placer y su trabajo rinde más. De la misma forma es con el señor que usted sirve. Si usted sirve al señor de las tinieblas, del mal, entonces su vida tendrá una mala calidad y Dios no puede hacer nada por usted, porque usted tendrá otro dueño.” Y si usted no cambia de señor, su vida va a continuar así como está, el resto de su vida”, declaró.

Según el obispo aclaró en aquella mañana, todos tienen derechos y condición de llegar a la presencia de Dios. “No importa lo que usted hizo o está haciendo. Él mira para su fe. Si queda dependiendo de alguien para llegar a Dios, va a quedar lejos siempre. El diablo le trae muchas acusaciones, peo usted tiene el derecho de llegar delante de Dios y hablarle sus problemas, sus necesidades. Él no mira sus pecados, sino su sinceridad. Cuéntele su dolor y sus decepciones. Pida ayuda, perdón por sus errores, que tenga compasión de su alma, misericordia. Haga una súplica sincera”, dijo el obispo.

A través de la fe

Para tener una vida transformada, sea en el ámbito espiritual, familiar, sentimental financiero o económico; o para que haya una sanidad el obispo destacó: “Si usted cree y conforme a su fe, y según su fe, usted podrá tener una vida nueva a partir de este momento.”

Después de la oración el obispo pregunto si las personas sentían alguna diferencia de cómo habían llegado al templo. Y explico que esa diferencia que sintieron era la obra del Espíritu Santo, aclarando que Dios quiere que estemos siempre como en ese momento: en paz. Él llevó al pueblo a reflexionar:

¿Cómo se siente en este momento? ¿Cómo estaba cuando entró y como está ahora? Esa diferencia que usted esta notando es obra del Espíritu Santo. Y Dios quiere que usted se sienta a sí continuamente. ¿Y qué tiene que hace usted para mantener esa paz? La única cosa que tiene que hacer para mantener este estado de espíritu bueno. Dentro de su casa, en su trabajo y en el resto de su vida, es entregar su vida en las Manos de Él.
No sólo creer en Él y conocer la Biblia, sino colocarlo en primer lugar en su vida. Antes que cualquier cosa o persona, sea madre, padre, hijo, nieto, esposa o todo. Cuando usted hace de Él el primero en su vida, esta cambia, porque usted pasa a servir al Señor, su cuerpo pasa a ser Su morada, vivienda del Espíritu Santo.”

En la reunión, la importancia del diezmo fue destacada. Los diezmistas fueron consagrados y dos de ellos dieron su testimonio de cambio de vida después de haber colocado su vida en las Manos del Señor Jesús y haberse convertido en diezmista fiel.

“Cuando llegué a la Iglesia, tenía muchas dificultades: vivía en la casa de mí suegra y mis compañeros me veían como un problema. Pero cuando entregue mi vida al Señor Jesús y pasé a ser un diezmista fiel, todo cambio. Yo era un simple empleado, hoy soy responsable de la empresa, tengo un buen salario, casa propia y auto. Deje de servir al señor del mal para servir al Señor Jesús”, declaró el hombre, que dio su testimonio en el altar.

Una mujer, llamada Elza, también testificó la transformación que el Señor Jesús operó después de que ella le entregará su vida “Cuando la persona es diezmista fiel, obedece a la Palabra de Dios, y obtiene los beneficios de la obediencia. El diezmo es la cuestión de saber quien esta en primer lugar en su vida”, concluyó.

Al termino de la reunión, el obispo oró por todos aquellos que querían hacer del Señor Jesús el Señor de su vida y colocarlo en primer lugar. (EL)













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