El poder que viene de lo alto



La persona solo puede ser llena de la Presencia de Dios, cuando ella se vacía de si misma, de su orgullo, de su vanidad y de su soberbia. Cuando ella reconoce que depende de Dios y que necesita de Él. Sin la presencia de Dios, el ser humano se sigue sintiendo vacío. Son muchas las personas que aún teniéndolo todo (familia, dinero, salud, etc.), Siguen sintiendose vacías, y no comprenden el por qué. El hombre necesita de la presencia de Dios porque es un ser espiritual, y fue creado por Dios para que fuera templo de El Espíritu Santo.

El Espíritu Santo debe ser lo primordial en nuestra vida, ya que Él es quien nos da vida. Quien tiene el Espíritu Santo tiene la fuerza espiritual para vencer todas las adversidades. Como ejemplo podemos citar al propio Señor Jesús que necesitó del Espíritu Santo para dar comienzo a Su ministerio.

El Señor Jesús fue perseguido, humillado, calumniado, injusticiado, pero Él resistió al mal y venció, porque dependía de Dios. La Palabra de Dios dice: “No mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús… Se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. (Filipenses 2:4-8).

El Señor Jesús se despojó de si mismo y vino a esta vida como hombre, para salvarnos, perdonar nuestros pecados, y darnos vida. Él fue sumiso, obediente, soportó todo y se mantuvo firme porque el Espíritu Santo le fortalecía, le daba fuerzas, para seguir adelante. El Señor Jesús no estaba obligado a soportar, pero Él fue obediente, sometió Su vida al Padre, porque sabía que después de toda aquella humillación, vergüenza y sufrimiento, Dios se glorificaría.

Solamente los ladrones en aquella época eran crucificados y el Señor Jesús fue clavado en la cruz de igual manera. Para Jesús fue una humillación, más Él aceptó todo, no manifestó su ira, no pidió que Dios mandara sus ángeles, Jesús aceptó callado, sufrió y esperó en la justicia de Dios. Aquellos que se humillan delante de Dios son exaltados delante de los hombres. El Señor Jesús no maldijo a nadie, le pidió a Dios que perdonara a aquellos que le habían hecho daño. Jesús se humilló, pero después Dios lo exaltó. Y este ejemplo es que debemos seguir para nuestra vida.

Esta escrito: “Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre”. (Filipenses 2:9) El nombre de Jesús es el nombre mas importante que existe. En la Biblia se mencionan grandes hombres de fe como Abraham, Gedeón, José, etc. Pero el nombre de Jesús esta sobre encima de todo nombre. En la hora de la dificultad, del problema, el nombre que tenemos que invocar es el del Señor Jesús. Nuestra fe debe estar solo y únicamente puesta en Él. Jesucristo es nuestro Señor y Salvador.

“Para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre”. (Filipenses 2:10-11). Aquellos que no acepten la Palabra de Dios, que no quieren confesar el nombre de Jesús, mas tarde, todos vamos a confesar Su nombre, todos van a tener que encorvarse ante el nombre del Señor Jesús. El Espíritu Santo resucitó al Señor Jesús, y es este mismo Espíritu que si usted se humilla delante de Dios, se rinde, hace del Señor Jesús su único Señor y se rinde a Él, el Espíritu Santo vendrá para darle vida, lo resucitará, y llenara su vida de paz. Dios los bendiga.

Obispo Paulo Roberto

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