Pedro negó a Cristo 3 veces… ¿y usted? - Pr. Andre

 Sabemos que cuando se vigila no existe riesgo de sorpresas. El diablo siempre espera la oportunidad de atacar, cuando el cristiano está dormido o distraído con su propia apariencia religiosa.
A veces, el orgullo da la sensación de capacidad e inteligencia, e impide que muchos cristianos perciban la miseria espiritual que viven. Este orgullo los hace pensar que la rutina religiosa es su ciente para mantenerse salvos.
Y es eso lo que al diablo más le gusta, pues si no hay ejercicio pleno de la fe, él puede continuar trabajando tranquilo en la vida de esos cristianos.
No se puede esperar que una persona que duerme pueda pensar y discernir claramente, pues es incapaz de ver la realidad. Pero una vez despierta, tiene la capacidad de pensar y acordarse de la Palabra de Dios, hace tanto tiempo olvidada.
Cuando una persona se arrepiente está mostrando humildad, y entonces el Espíritu Santo se encarga de hacer el resto. Esto sucedió con el apóstol Pedro, que era diligente, pero orgulloso de sí mismo.
Él tenía conciencia de lo que realizaba en el Reino de Dios, por eso, siempre quería tener la razón y ser el primero en ponerse de mani esto delante del Señor. Y porque recibió la revelación de que el Señor era el Hijo del Dios Altísimo, dejó a su corazón pensar que era más que los demás.
Pero cuando el Señor Jesús dijo lo que iba a pasar en Jerusalén, Pedro inmediatamente se puso de mani esto como consejero, intentando disuadirlo de la idea de ir hasta allá.
Fue cuando el Señor le dijo: “… ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.”, (Mateo 16:23).
En otra ocasión, cuando fue puesto a prueba, negó a Jesús tres veces (Mateo 26; Marcos 14; Lucas 22; Juan 18). ¿Cuándo fue que Pedro se arrepintió? Cuando se acordó de las palabras del Señor Jesús: “Entonces, vuelto el Señor, miró a Pedro; y Pedro se acordó de la palabra del Señor, que le había dicho: Antes que el gallo cante, me negarás tres veces. Y Pedro, saliendo fuera, lloró amargamente.”, (Lucas 22:61-62).
Pedro lloró amargamente, mostrando así arrepentimiento. Hasta entonces él vivía solo de apariencia, exactamente como muchos que se dicen seguidores del Señor Jesús.
En la hora de la prueba, cuando las circunstancias obligan a revelar lo que está dentro del corazón, ¡es que esas personas muestran si son de Dios de verdad o no!
Las dos órdenes nales del Señor a la Iglesia de Sardis son “guárdalo, y arrepiéntete”. Pero, ¿qué debemos guardar? ¡La Palabra de Dios!
¡Esto no signi ca colocarla en un estante, lejos del polvo, no! Sino observarla, ejercitando y practicando lo que está escrito en ella, porque es a partir de ahí que el verdadero arrepentimiento sucede.
Nadie tiene la capacidad de arrepentirse mientras está dormido espiritualmente. Por eso, esa secuencia de ordenes termina en el arrepentimiento, como también está escrito: “Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo.”, (Efesios 5:14).


Pastor André
Responsable del País de Ecuador

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